Las familias de clase obrera necesitan el cuidado infantil universal

Cuando trabajaba en una guardería infantil durante la pandemia, una vez vi a una compañera sacar de la basura y comer un almuerzo que se había desechado sin desenvolverse. Pocos de nosotros tenían suficiente dinero para comprar comida si la quisiéramos, y para nosotros que traemos desde la casa al trabajo el almuerzo, no nos daba tiempo para poder comerlo. Algunas colegas mías han renunciado por que fueron obligadas a trabajar días cuando los colegios estaban cerrados – no podían traer sus propios hijos al programa y no tuvieron para pagar otra guardería infantil. Hay niños que también han sido retirado de nuestro programa después de la escuela por que sus padres no alcanzaron a pagar, o porque los Social Services dejaron de pagarlo por ellos. Esto no es fuera de lo normal. De hecho, 63% de padres trabajadores no pueden alcanzar para dejar los hijos en una guardería.
El cuidado de niños en los Estados Unidos se provee por un sistema hecho de retazos de parientes no pagados, guarderías caseras no-reglamentadas, centros con fines de lucro, centros religiosos, programas after-school vinculados con escuelas, y centros sin fines de lucro que operan como negocios privados cuyos servicios se proporcionan a niños de familias de bajos recursos. El escasez creado por este sistema no solo perjudica a los niños, quienes a veces son puestos en situaciones peligrosas por que sus padres no tienen mejor opción, sino también perjudica a trabajadores de guardería quienes suelen faltar recursos y compensación adecuados para su trabajo. Muchos trabajadores en el sector no ganan un sueldo decente y ni siquiera pueden inscribir a sus propios hijos en las guarderías en donde trabajan. Muchos trabajadores en los pocos programas actuales financiados por el gobierno federal no tienen acceso a un permiso de maternidad. Hasta en las escuelas públicas, muchos cuidadores de niños ganan menos de $10 a la hora. Mientras maestros son asalariados, los ayudantes de aula, auxiliares lúdicos, auxiliares para niños con necesidades especiales, trabajadores de cafetería, y el personal que limpia la escuela muchas veces no le pagan un salario. Lo promedio es que los trabajadores de guardería infantil – inclusos las que trabajan dentro de escuelas públicas – no reciben beneficios como seguro médico, seguro dental, etc. Más de la mitad de los trabajadores de guardería usan food stamps (SNAP – Programa de Asistencia Nutritiva Suplementaria) y Medicaid, el programa de medicina gubernamental para personas de bajos recursos.
Trabajadores de bajos ingresos supervisan a los niños durante el recreo. Preparan comida y la distribuyen a niños hambrientos. Estos trabajadores operaban a las guarderías que aparecieron durante la pandemia mientras los maestros trabajaron desde sus casas, revelando a la desigualdad flagrante y divisiones de clase social que existen entre diferentes grupos de trabajadores en el ámbito del cuidado a niños.
La ausencia en los Estados Unidos de guarderías infantiles públicas, gratuitas, y accesibles les pesa bastante a las familias de clase obrera, y nos obliga a depender de nuestro propio labor no pagado. Esto hace más difícil organizar la clase obrera. Respondiendo a la necesidad de cuidado de niños donde vivo, organicé sesiones semanales gratuitas de cuidado infantil para los miembros del sindicato de inquilinos del trailer park. Proporcioné meriendas, organicé los juegos, y compré juguetes y libros educativos para los niños. Esto le dio a una de nuestras principales líderes de inquilinos, una madre soltera de cuatros hijos, el tiempo suficiente para enfocarse en organizar una petición para mejorar la seguridad de la comunidad entre los miembros. Las sesiones de cuidado infantil estuvieron disponibles a todos los niños del trailer park y les informamos a los padres tocando las puertas en busca de firmas para la petición. Mientras nuestras sesiones de cuidado infantil les dieron a los padres unos descansos bien merecidos y unas oportunidades para organizarse políticamente, no eran suficientes para remediar las brechas en el sistema de cuidado infantil. Nuestro sistema está roto y necesita ser reconstruido. Es por esta razón que me ingresé en DSA – Socialistas Democráticas de América.
A diferencia de nuestro sistema actual hecho de retazos, un programa universal de cuidado infantil atendería las necesidades de los niños tanto como las necesidades de los trabajadores de las guarderías infantiles, mediante centros financiados por el estado y manejado democráticamente por trabajadores pagados por salarios dignos. Al priorizar al cuidado infantil universal manejado por trabajadores, DSA puede empezar a derribar las desigualdades de género y de clase social y a mejorar las vidas de familias en los Estados Unidos.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en Tempest. Traducción al español por Dawson y Patricio.